El Autocuidado: ¿Por Qué Es Tan Importante?

El autocuidado es una expresión de amor propio, una forma en que cada uno de nosotros, cada una de nosotras, puede honrar nuestra existencia y nuestro ser. Se trata de todas esas cosas que hacemos para mantenernos saludables, tanto física como mentalmente. A menudo, la vida nos enseña a cuidar de los demás, a estar ahí para quienes amamos, pero ¿cuánto tiempo dedicamos a cuidarnos a nosotros mismos, a nosotras mismas? Realizar acciones básicas como alimentarse bien, dormir lo suficiente, bañarse, cepillarse los dientes y vestirnos con ropa limpia son formas fundamentales de autocuidado. Sin embargo, el autocuidado va más allá de lo básico; también abarca actividades que nos permiten conectarnos con nuestro interior, relajarnos y sentirnos emocionalmente bien, como hacer ejercicio, meditar, escribir en un diario, o incluso hablar con un psicólogo o una psicóloga.

Imagina, por un momento, que te das el permiso de tomarte un tiempo para salir a caminar al parque todos los días después del trabajo. No solo estás cuidando tu salud física; también estás creando un espacio para ti, un respiro para tu mente, un momento para estar contigo misma o contigo mismo, sintiendo el aire fresco, escuchando tus propios pensamientos y emociones. Este tipo de actividades pueden ayudarte a mantener un equilibrio saludable entre las responsabilidades del trabajo y el espacio personal que necesitas para sentirte pleno o plena. En la terapia Gestalt, creemos en la importancia de vivir en el aquí y ahora, de estar presentes en cada momento de nuestras vidas. Practicar el autocuidado es una forma de estar presente para ti.

Comprendiendo el Autocuidado desde una Perspectiva Gestalt

El autocuidado no solo se trata de grandes gestos como unas vacaciones o un masaje relajante (aunque, sin duda, estas cosas también son maravillosas). A veces, el autocuidado puede ser tan simple y poderoso como tomar una pausa consciente para respirar profundamente cuando te sientes abrumado o abrumada, o disfrutar de una taza de té caliente mientras te sumerges en la lectura de tu libro favorito. Cada persona tiene sus propias necesidades de autocuidado, únicas y valiosas. En el enfoque Gestalt, nos enfocamos en el autoconocimiento y la autoaceptación, reconociendo que el objetivo del autocuidado es sentirnos más completos y en paz tanto física como emocionalmente.

Existen varias razones por las que alguien podría encontrar desafíos en el camino del autocuidado:

  • Depresión: Cuando alguien está atravesando un episodio de depresión, puede que sienta que las acciones básicas como comer o ducharse son una carga inmensa. La falta de energía, la pérdida de apetito, o sentimientos de autodesprecio pueden interferir con el deseo de cuidarse. En la terapia Gestalt, trabajamos para que las personas reconozcan estos sentimientos en el aquí y ahora, los exploren y encuentren maneras más saludables de responder a ellos.
  • Sobrevivientes de abuso: Aquellas personas que han experimentado situaciones traumáticas, como el abuso o la violencia, pueden sentirse desconectadas de sí mismas, lo que hace que mantener buenos hábitos de autocuidado sea todo un reto. Aquí, es esencial ofrecer un espacio seguro donde puedan sentirse apoyadas y empezar a reconstruir una relación amorosa consigo mismas.
  • Problemas cognitivos: Las personas mayores o aquellas con dificultades de memoria, como la demencia, pueden encontrar complicado recordar o realizar las tareas de autocuidado. En estos casos, el enfoque es sobre estar presente con lo que es posible en este momento, trabajando desde la compasión y el apoyo.
  • Psicosis: Cuando alguien está desconectado o desconectada de la realidad, como ocurre en la psicosis, cuidar de uno mismo puede ser un desafío significativo. La terapia Gestalt puede ayudar a estos individuos a encontrar maneras de reconectar con su realidad presente de forma segura y gradual.

¿Por Qué Es Tan Importante el Autocuidado?

Muchas veces, en nuestro afán por estar disponibles para los demás—ya sean familiares, amigos, hijos o compañeros de trabajo—olvidamos la importancia de estar disponibles para nosotros mismos, para nosotras mismas. Sin embargo, si no nos cuidamos primero, es muy probable que nos sintamos agotados, agotadas, estresados o estresadas, y con una sensación de vacío. Es como dicen en los aviones: primero debes colocarte tu propia máscara de oxígeno antes de ayudar a otros. Esto no es egoísmo; es una necesidad fundamental.

Por ejemplo, si eres una madre o un padre, o cuidas de un niño o una niña con necesidades especiales, es fácil sentirse abrumado o abrumada por la cantidad de responsabilidades. Pero reservar tiempo para ti, ya sea haciendo ejercicio, descansando bien, o disfrutando de una serie que te gusta, es vital para tu bienestar. Cuando estás en contacto contigo misma o contigo mismo y te permites nutrirte, estás mejor preparado o preparada para dar lo mejor de ti a los demás.

Cómo Ir al Psicólogo o Psicóloga Puede Ayudar con el Autocuidado

A veces, necesitamos una mano amiga para entender por qué no nos estamos cuidando como deberíamos. Aquí es donde un psicólogo o una psicóloga puede ser de gran ayuda. En la terapia Gestalt, se fomenta la toma de conciencia del momento presente y el autoconocimiento. Un profesional puede ayudarte a explorar qué es lo que está impidiendo tu autocuidado. Si la causa es la depresión, por ejemplo, un psicólogo o psicóloga puede ayudarte a estar en contacto con esas emociones difíciles, a trabajarlas y a encontrar maneras más saludables de cuidar de ti.

También es útil para aquellas personas que tienen problemas para establecer límites, como alguien que siempre dice «sí» a los demás, incluso cuando está exhausto o exhausta. Un psicólogo o una psicóloga puede ayudarte a aprender a decir «no» con amabilidad y a poner tus propias necesidades en primer lugar, sin sentir culpa.

Ejemplos de Autocuidado para Mejorar el Bienestar

Aquí tienes algunos ejemplos de prácticas de autocuidado que pueden ayudarte a mejorar tu bienestar y a estar más en contacto contigo mismo, contigo misma:

  • Físico: Dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente (como caminar 30 minutos al día), y comer de forma equilibrada.
  • Mental: Dedicar tiempo a actividades que disfrutes, como leer, resolver rompecabezas, o simplemente relajarte sin ninguna presión externa.
  • Espiritual: No siempre significa asistir a una iglesia o templo; puede ser cualquier actividad que te conecte contigo mismo, contigo misma y con el mundo que te rodea, como pasar tiempo en la naturaleza, meditar, o brindar apoyo a alguien más.

Ejemplos de la Vida Real

  • Autocuidado para lidiar con el duelo: Carlota, de 32 años, ha estado pasando por un doloroso divorcio y se siente completamente desconectada de sí misma. Ha dejado de cuidarse y se siente atrapada en un ciclo de desesperación. Su psicóloga le ofrece un espacio seguro para explorar estos sentimientos y la alienta a tomar pequeños pasos hacia el autocuidado, como volver a vestirse con ropa limpia y alimentarse adecuadamente, incluso cuando no lo sienta. Con el tiempo, Carlota comienza a reconectar con su propio ser y a recuperar su capacidad de autocuidado.
  • Cuidarse a sí mismo antes de cuidar a otros: Fabián, de 26 años, es enfermero y se dedica a cuidar de su padre discapacitado y de su hermana menor. Se siente completamente agotado, sin tiempo para descansar o disfrutar de actividades que le gustan. En la terapia, descubre la importancia de cuidarse a sí mismo para poder cuidar mejor a su familia. Aprende a establecer límites y a pedir ayuda cuando la necesita, lo que le permite sentirse más equilibrado y en paz.

En conclusión, el autocuidado es una práctica esencial, no un lujo

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